jueves, 4 de junio de 2009

Autopistas...

...En el mundo existen caminos, carreteras y autopistas por las que circulan coches y personas, todo el mundo puede verlas y usarlas, en mayor o menor medida. Pero y esto es lo que mucha gente desconoce, en el mundo también existen otros caminos, autopistas que no todo el mundo puede ver y mucho menos recorrer, estas autopistas suelen ser lugares solitarios, en ocasiones oscuros y siniestros, son sitios donde no sueles cruzarte con nadie y eso hoy en día es una bendición.
...No hay dos autopistas iguales, ni tan siquiera dos que lleven al mismo sitio, el tiempo y las distancias suelen ser diferentes en estos lugares quizás tenga algo que ver las alteraciones electromagnéticas que suelen rodearlas, quizás simplemente sea una jugarreta de nuestra mente pero lo cierto es que en ellas las cosas funcionan de forma diferente...
...Padre en algunas ocasiones, cuando me contaba historias de esas autopistas, decía que solamente las personas especiales pueden verlas y hacer uso de ellas, y que si algún día las veía entonces sería una persona especial. Recuerdo que siempre quise verlas, de pequeña me esforzaba muchísimo por verlas, por que quería ser una persona especial como de las que me hablaba papa...Hoy en día veo esas autopistas, no tengo que hacer nada especial, simplemente se que estan ahí, un desvío en una carretera, un callejón en una gran ciudad, o simplemente una puerta en un apartamento pueden llevar a esas autopistas. Pero hay que tener cuidado con ellas en ocasiones, tu te diriges hacia un lugar determinado pero puedes aparecer en otro completamente distinto al que tu querías ir, he de confesar que estas son las ocasiones que más me gustan, mi curiosidad innata por descubrir nuevas cosas se siente profundamente llena cuando aparezco en algun lugar desconocido.

Como he dicho antes el tiempo y el espacio transcurren de una forma extraña en ellas, un viaje puede durar apenas unos segundos o puede alargarse una eternidad. En algunas ocasiones gusto de caminar por ellas, es un buen método cuando quiero aislarme de los demás, desaparecer y tener tiempo para pensar, normalmente Isthar suele acompañarme no se por qué pero siente especial debilidad por corretear por las polvorientas llanuras...El viejo Isthar, recuerdo que tenía no más de siete años cuando Bruce apareció con él, era tan pequeño que casi podía guardarlo en algún bolsillo, desde entonces no se ha separado de mi, ni en los peores momentos, cuando todo el mundo parecía derrumbarse el estaba ahí protegiendome...y de paso comiendose mi cena si se terciaba...

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